domingo, 31 de octubre de 2010

Cien años de fútbol en Aragón (1903-2003)

Selección Aragonesa 1923. J. Cano, Santias, Lueña, Escurrida, Redondo, Buylla, Ferrando, Unanue, Pujana, Sobrevuela y Ramírez. Durante la temporada 1923-24 se organizaron varios partidos de los mejores aragoneses para elegir a los que nos representarían contra Cantabria. Cada jugador acudía con el pantalón y las medias de su equipo.
(Foto: Archivo Ángel Aznar)
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José Antonio Adell Castán y Celedonio García Rodríguez

LOS INICIOS DEL FÚTBOL EN ARAGÓN

En el 2003 se cumplieron cien años de la formación del primer club de fútbol en Aragón, el “Zaragoza Foot-Ball Club”. En 1903 miembros de la burguesía y aristocracia aragonesa comenzaron a dar las primeras patadas a un balón en Huesca y en Zaragoza, siguiendo las reglas del nuevo sport que el año anterior había disputado el primer Campeonato de España.

El “Zaragoza Foot-Ball Club” se constituyó a finales del mes de noviembre de 1903 por un grupo de jóvenes con la siguiente Junta directiva: presidente, José Navarro Marín; vicepresidente, Hugo Sheridan Garrat; secretario, Sixto P. Rodríguez; tesorero, Asher Huddestone (viceconsul inglés), y vocales, Saturnino Mozota, Alfonso Castro, Epifanio Lacruz, Manuel Navarro, José Balasanz, Amado Clader, Julián Muro y César Idoate; vocales tenientes, Luis Sanz y Enrique Losada.

Entre los primeros acuerdos que tomó la Junta figuraban los siguientes asuntos:
  • Primero.- Dar principio a los juegos, a más tardar en la primera quincena de diciembre, en el campo del Sepulcro, hasta que no se dispusiera de un campo aparente en las cercanías de Zaragoza.
  • Segundo.- Confección de un Reglamento social.
  • Tercero.- Acordar a los cincuenta primeros socios fundadores la excepción en el pago de la cuota de ingreso (había ya cuarenta y cinco inscripciones).
  • Cuarto.- Organizar para antes de que finalizase la temporada un “match” al que sería invitado el “Foot-Ball Oscense”, para lo cual se acordaría un premio regional para el vencedor y el producto de dicha entrada se destinaría a fines benéficos.
Este último acuerdo nos hace pensar que en Huesca ya se jugaba al “football”, aunque desde hacía poco tiempo y sin una estructura organizada.
El “Zaragoza Foot-Ball Club” pretendía inaugurar el campo de juego el día 20 de diciembre de aquel año, pero tuvo que suspenderse hasta el día 25, a causa del mal tiempo. A pesar de la suspensión se reunieron una docena de socios y bajo la dirección de un “juez de juegos” estuvieron practicando; destacando por su destreza y agilidad el señor Conde de Sobradiel, que logró hacer dos “goals” consecutivos.
A mediados de enero de 1904 se constituyó una nueva junta directiva del “Foot-Ball” en la que figuraba como presidente el Conde de Sobradiel, D. José Cavero y Alzibar.
El Campo del Sepulcro acogió cinco “match”, que fueron presenciados por una distinguida concurrencia zaragozana, incluido el alcalde, Sr. Ojeda. Pero la práctica del fútbol en este terreno de juego no resultaba fácil; desde los primeros entrenamientos los mozalbetes se divertían arrojando piedras a los jugadores, motivo por el cual una comisión del club visitó al Gobernador Civil, el cual les prometió enviar una pareja de orden público mientras se disputasen los partidos.
La Sociedad no duró mucho tiempo, puesto que el 18 de abril de 1904, en junta ordinaria, se aprobaba por mayoría la propuesta de disolverla. Se acordó que el importe de la venta de los aparatos de juego se entregase al asilo de niños de Santo Dominguito de Val por el vocal D. Pablo Marco.
Esta determinación se tomó después del quinto “match”, una vez terminada la temporada de invierno, y por la imposibilidad de adquirir un campo de juego particular en sustitución del Campo del Sepulcro. La práctica del juego en este terreno se hacía imposible debido a la constante hostilidad de que eran objeto los jugadores por centenares de golfos que tenían en jaque a los socios con piedras y otros proyectiles, como sucedió en el quinto y último partido, celebrado el 25 de marzo de 1904.
Por prudencia, antes de que hubiera algún funesto desenlace, se impuso aquella solución.
Esta época es la que Miguel Gay denominaría etapa Antigua: “Solares en las afueras, porterías con montones de ropa, refriegas con los golfillos que comprometían a los ‘pijaitos’, palos al hombro, interpretación pintoresca de un reglamento dudosamente conocido y entusiasmo y buena voluntad”.
El fútbol en Huesca y en Zaragoza
Huesca
A este primer fracaso en los comienzos del fútbol en Aragón seguirían varios años de incertidumbre, hasta que a finales de la primera década el fútbol tomaría un auge en la práctica deportiva imparable hasta la actualidad.

En la ciudad de Huesca la actividad futbolística inicial también debió ser indecisa, aunque luego, en 1910, se puso a la cabeza del fútbol aragonés al organizar un “Campeonato Provincial de Huesca”, en el campo de la Estación, durante las fiestas de San Lorenzo. El año anterior ya se había constituido la “Unión Deportiva Oscense”.

En 1911 la ciudad de Huesca organizó el denominado “Campeonato Oscense”, también durante las fiestas de San Lorenzo, entre los equipos “Huesca Sport Club” e “Hibernia Foot-ball”, con victoria del primer equipo por dos goles a cero.

En 1913, los equipos del “Huesca Sport Club”, la “Gimnástica” de Zaragoza y el “Barbastro Sporting”, jugaron la “Copa del Alto Aragón” en las fiestas de Huesca. El equipo anfitrión obtuvo el triunfo al vencer a los otros dos contrincantes.

La victoria contra el equipo zaragozano de la “Gimnástica F.C.”, por un rotundo ocho a cero, no sentó nada bien a los zaragozanos. La prensa criticaba duramente el descalabro que había creado un precedente, puesto que el “Sparta”, otro equipo zaragozano, nunca había perdido con los oscenses.

Durante estos primeros años de siglo los pocos equipos existentes en la región (Zaragoza, Huesca, Barbastro, Épila y algún otro lugar) organizaban partidos entre sí, aunque sin demasiado éxito. El intento de organizar un Campeonato Regional coincidiendo con las Fiestas del Pilar de 1913 también fracasaría.

En febrero de 1913 surgía en Zaragoza el “Pilar Foot-bal Club” de los Hermanos Maristas. Su vida fue efímera, pero sirvió para impulsar la afición en otros colegios. La sociedad “Gimnástica F.C.” era la más floreciente en Zaragoza; a finales de 1913 inauguraba su campo de “sports” en el paseo de María Agustín, próximo a la Puerta del Portillo.

Los equipos zaragozanos se fueron nutriendo de los universitarios llegados de las regiones limítrofes. El “Sparta” estaba formado por estudiantes catalanes y aragoneses, y en el “Amaika” (once en vasco) había estudiantes vascos. Otro equipo fue el de la “Perra Gorda” (moneda de 10 céntimos), denominado así por ser la cantidad con la que colaboraban los jugadores para su mantenimiento.

En 1916 llegaron a Zaragoza los alemanes refugiados que huían del Camerún y formaron su propio equipo, el “Camerún F.C.”. En mayo de 1917 nació la “Sociedad Deportiva Turolense”, presidida por Francisco Pastor Calvo. En Zaragoza aparecerían el “Aragón”, el “Recreativo”, el “Águila”, la “Agrupación” y el “Athletic”. Y en 1918 ce celebró el primer “Campeonato de Fútbol Local” en Zaragoza, resultando vencedor el “España F.C.”.

El auge del fútbol afectó a otras modalidades deportivas de la tierra, tal como recoge la copla:
“¡Oh, pueblo de la Jota,
que jugaste a la barra y a la pelota
!Tu carácter y el temple de Aragón
fallecieron a golpe de balón”.
En los años veinte, tras la fundación de la Federación Aragonesa de Fútbol (1922), dirigida por José María Gayarre, el fútbol se extendió con rapidez por todo Aragón. En los pueblo resultaba más fácil buscar terrenos para el juego que en las ciudades.
También se popularizó la siguiente copla:

“Ya no se juega en mi pueblo
a pelota con la mano,
ahora juegan a patadas
¡y aún dicen que adelantamos!”.
El fútbol en la provincia de Huesca

C.D. Jaca 1928
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Por la provincia los equipos de fútbol fueron surgiendo con rapidez, aunque muchos tardarían en integrarse en la Federación Aragonesa. Las fiestas patronales sería el marco en el que se desarrollarían las primeras competiciones.

En las fiestas de Santa Orosia de Jaca de 1922 jugó el “Somport” de Jaca contra el “Bosco” de Huesca (4-3). En Jaca existían otros equipos, como el de la “Agrupación Deportiva”, que a primeros de 1920 empataba a un gol con el “C.D. España” de Huesca.

En la capital oscense la afición al fútbol creció con mucho entusiasmo. Se formaron cuatro equipos con la intención de medirse con otras agrupaciones futbolísticas de renombre. En agosto de 1922, todos los días festivos se jugaban partidos en la “Cabañera”, junto a los campos del Alcoraz. El “Huesca F.C.” era el equipo más destacado de la capital altoaragonés.

En 1922 se fueron constituyendo nuevos equipos: “F.C. Barbastro”, “Monzón F.C”., “Club Deportivo Binefarense”…

En los pueblos resultaba más fácil encontrar un terreno de juego para la práctica del fútbol que en la capital. Así, en 1923 surgen nuevos equipos: “Ayerbe Deportivo”, “Murillo F.C.”, “Sariñena F.C.”, “F.C. La Almunia”, Albalate de Cinca, Alcolea, Alcampel y probablemente en Tamarite y en Esplús, puesto que numerosos aficionados de esta poblaciones acudían a presenciar los partidos que se jugaban en Binéfar.
En 1924 encontramos al “Kin Klon Klum” de Bielsa, Lafortunada, “C.D. San Esteban”o al “C.D. Gradense”, ya en 1925.

En 1924, el equipo azulgrana del “Huesca F.C” se adjudicaba el Campeonato de Aragón de Primera Categoría Serie B, jugando contra la “U.S. Aragón” de Zaragoza.

En esta época ya comenzaron a surgir algunas voces de intelectuales criticando la exacerbada pasión que arrastraba el fútbol. Ramón Acín publicó varios artículos en este sentido. En uno de ellos, titulado “El foot-ball. Ni ética, ni estética” (El Diario de Huesca, 21 de agosto de 1924) criticaba e ironizaba contra el fútbol como espectáculo. Recogía un comentario de Eugenio D’Ors en el que decía: “a poco que uno se fije, adivina, es juego éste, en que todo se desarrolla a ras del suelo. Reprochaba que de una cosa sin ética y estética se hubiera querido hacer un motivo de educación, de cultura, de belleza y de gracia.

También criticaba otros vicios que había traído el fútbol y el deporte en general sacado de quicio: un patente salvajismo nacionalista; fomentaba pasiones y rencillas, “siendo corriente el caso de salir el equipo forastero (bonita muestra de hospitalidad) custodiado por la Guardia Civil”.

Asimismo, al inaugurarse en Huesca el campo que dijeron de deportes, “luego resultó ser de patadones, voces mal sonantes, enemistades y pantorrillas rotas”.

En otro artículo titulado “El valor moral, los futbolistas y los futbolaires” (El Diario de Huesca, 14 de diciembre de 1926) comentaba una derrota sufrida por el “Huesca F.C.” en Zaragoza y criticaba que la Junta y sus secuaces fueran diciendo voz en grito que no se podía ser un buen oscense sin sentir la derrota de su Club, un equipo que decían oscense, “integrado por once muchachos forasteros adquiridos en las subastas de la andante futbolería”.

Y daba algunas respuestas para tener muchachos alegres y fuertes: “empleando el dinero en las cantinas escolares”. O para tener una raza fuerte: empleando la indignación, que provocaba un campeonato de asalariados, en la “apatía de una juventud de futbolistas y futboleros y futbolaires, habituada a hacer las cosas del ombligo para abajo en lugar de hacerlas de las cejas arriba y con el puntito de corazón”.

Publicado en el "Extraordinario de San Lorenzo" del Diario del Altoaragón, 10 de agosto de 2003

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