sábado, 29 de enero de 2011

Globos aerostáticos

Goya: Montgolfier, 1783
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DEPORTES Y JUEGOS TRADICIONALES
Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

El peligroso espectáculo de los globos aerostáticos precedió, en poco más de medio siglo, a otra exhibición todavía más arriesgada: la aviación. El valor intrépido y la temeridad necesaria para subir en globo causaba gran interés entre la gente, y por este motivo encajaba perfectamente en los programas de las fiestas populares.
Durante este periodo, los globos surcaron el espacio de las ciudades más importantes de Aragón, atrayendo su anuncio a numerosos visitantes. Años más tarde, quizá abaratado el espectáculo por la novedad de la aviación, los globos se pudieron contemplar en otras poblaciones más pequeñas.

Ascensiones en Zaragoza

En Zaragoza, a mediados del siglo XIX la ascensión de globos servía de colofón a una serie de variadas actuaciones que se celebraban en la Plaza de Toros, casi siempre coincidiendo con las fiestas del Pilar.

En 1883, según el cartel anunciador del festejo en el que aparece un bonito grabado de un globo, del que se aprecia un tripulante colgado de un trapecio realizando arriesgadas piruetas, "el intrépido aeronauta español Capitán Martínez" iba a verificar una única ascensión en su magnífico Montgolfier. Además, se decía que "para los aficionados que gusten bajar al redondel se lidiarán seis bravas vacas durante cuyo espectáculo se arrojarán a la plaza varios conejos vivos".

El capitán Martínez sólo iba a realizar una ascensión en su globo "Aragón" ya que a los pocos días tenía otro compromiso en Portugal. El espectáculo resultó accidentado, puesto que, al elevarse el aeronauta, un joven de veinticuatro años se quedó enredado en una de las cuerdas, quedando suspendido en el aire. Cuando se hallaba a unos seis metros de altura se desprendió y, a consecuencia del golpe que recibió, se quedó sin sentido, en estado grave. A continuación se corrieron ocho vaquillas y se soltaron numerosos conejos.

El primero de agosto de 1887 la Plaza de Toros de Zaragoza volvió a ser el escenario en el que actuó una compañía gimnástica-acrobática, que dirigía el capitán Budoy, conocido por el "rey de los aeronautas". Además de los ejercicios que contemplaba el programa, dicho artista efectuaba una ascensión en el globo denominado "Ciudad Condal".

Para las fiestas en honor de la Virgen del Pilar de Zaragoza, de ese mismo año, se anunciaba otra ascensión aerostática a cargo de Mr. Marcelo Onrey, en la plaza de la Constitución.

Al año siguiente, el día 2 de septiembre de 1888, en la Plaza de Toros, el intrépido Budoy hizo otra ascensión. Antes de partir dio vivas a Zaragoza; la caída se produjo, felizmente, en las inmediaciones de la Puerta de Sancho. El espectáculo se completó con una exhibición del velocipedista Arnal, que dejó constancia de sus condiciones como equilibrista con un velocípedo de una sola rueda, a pesar de tener que suspender algunos números por el mal estado del terreno. Los clowns también realizaron varias parodias.

Marcelo Onrey volvería a ofrecer tres ascensiones en globo a los entusiastas zaragozanos. Éstas tuvieron lugar los días 15, 18 y 20 de octubre de 1901, partiendo desde la plaza de Santa Engracia.

La primera de las tres ascensiones suponía el número 402, y la efectuó pese a que los agentes naturales se pusieron en su contra. El tiempo estaba lluvioso, pero esto no fue impedimento para que el aeronauta siguiera impávido con sus preparativos.

Los preliminares de la ascensión fueron seguidos por numeroso público que, preocupado, guardaba un silencio extraño en unos días festivos. Reacción natural, consecuente con el riesgo que corre quien se lanza a los aires para ser arrastrado sin dirección determinada.

La primera de las ascensiones del capitán Onrey acabó sin problemas, aunque sufrió algunos rasguños al asirse a un alambre de la fábrica industrial Química, que fue el punto donde cayó.

En la provincia de Huesca

En las grandes poblaciones de la provincia, las demostraciones de aeróstatos se limitaron, hasta los primeros años de este siglo, a las elevaciones de los típicos globos aerostáticos, en muchos casos grotescos, que tanto ilusionaban a los niños.

En Barbastro así sucedía hasta que en 1914, según aparecía en el programa de las Ferias de Septiembre, se celebraría un gran espectáculo aerostático-taurino en la Plaza de Toros. Durante la función los espectadores podrían contemplar la ascensión del "colosal y majestuoso" globo Montgolfier «España», "pilotado por el valeroso y sin rival rey aéreo capitán Panfila". A continuación se ofrecía la lidia de dos novillos, capeados y picados con caballitos de mimbre, banderilleados y muertos a estoque por el espada Daniel Martínez Maño. El festejo nos recuerda los que se celebraban en las grandes capitales, entre otra Zaragoza, a finales del siglo pasado.

En Binéfar, también durante las Fiestas y Ferias, en 1916 se contempló la ascensión de un globo. El acto se anunciaba como el "número más saliente y de gran efecto en el programa". El globo «Cataluña» estaba tripulado por el capitán Montserrat y se elevó el día 15 de septiembre de dicho año, ante los aplausos del numeroso gentío que presenció el calificado como "sensacional espectáculo". Sin embargo, el público quedó algo decepcionado por haberse mantenido en el espacio solamente unos diez minutos, descendiendo a menos de quinientos metros del punto de partida.

En el programa de fiestas de Sariñena de 1919, en honor a San Antolín, se anunciaba la ascensión de otro intrépido aeronauta, el capitán Amador Fernández, con su gigantesco globo libre «Invencible II».

En 1921 sería la ciudad de Jaca la que serviría de escenario para la exhibición del capitán Aresté, pilotando otro gran globo. Aquí también se señalaba que sería uno de los números de los festejos que más llamaría la atención. Según una crónica de El Noticiero, el capitán Aresté "demostró gran valor, realizando arriesgados ejercicios y elevándose a más de mil metros".

Concurso de aerostación


En mayo de 1908 fue noticia de importancia la visión de ocho globos que surgieron por los aires de diferentes poblaciones aragonesas. El motivo de estas apariciones se debía a la celebración de un Concurso libre de aerostación. Los globos partieron de Barcelona.
El primero en tomar tierra fue el globo "Aujon", pilotado por Mr. Georges Carnier, que descendió en Alcañiz, siendo auxiliado por varios ciclistas. El aeronauta después de bajarse del globo soltó dos palomas.
Algunas de las poblaciones que pudieron observar el paso de globos fueron: Caspe, Pina, Sástago, Fabara, Maella, Escatrón, La Puebla de Híjar... Al pasar por Caspe uno de los globos, el "Quo Vadis", sufrió un accidente: uno de los pilotos, Juan Montojo, cayó a tierra al golpearse el cesto con las copas de algunos árboles, en su paso sobre el Ebro, y su compañero de viaje, el capitán Cortada, quedó herido. Al día siguiente sería encontrado por un campesino en las proximidades de Quinto. El incidente sufrido por el "Quo Vadis" fue seguido por la prensa nacional. La preocupación general por la suerte de este globo y sus tripulantes mantuvo en vilo a gran parte del país.

Otro de los globos, el "Gerifante", tomó tierra sin novedad en Torres de Montes; allí, los pilotos fueron felicitados y agasajados con vino y huevos. Los vecinos de Torres de Montes acudieron inmediatamente con un carro, en el que cargaron el globo y, posteriormente, en el mismo carro los aeronautas, el capitán Emilio Herrera y el sportman madrileño Ricardo Huertas, pudieron llegar hasta Huesca.

El "Gerifalte" había salido de Barcelona el día 18 a las doce, tomando rumbo al sur, bordeó por Tarragona la costa del Mediterráneo, cruzó el Llobregat y se internó en Lérida. Entonces, volvió a tomar la dirección de Barcelona, quedando suspendido hasta el anochecer sobre la cima de Montserrat. Los tripulantes pasaron la noche entre Fraga y Monzón; por señas pudieron comunicarse con los campesinos que de madrugada empezaron sus tareas agrícolas.
Después se fue elevando el globo a una altura de seis mil metros, desde donde los pilotos pudieron dominar el paisaje allende los Pirineos, y a las nueve y diez de la mañana comenzaron el descenso a tres kilómetros de Torres de Montes.

Según los pilotos, nunca habían recibido tantos obsequios y agasajos como en el Alto Aragón. Aunque quedaron encantados de la experiencia, también sufrieron un percance: al atravesar el canal de Urgel y al pasar por un poblado, les dispararon un tiro, cuando el aerostato se encontraba a doscientos metros de distancia del suelo.

Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses” del Diario del Altoaragón, Domingo, 7 de abril de 1996
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si quieren ver un video de la actuacion del espectaculo del piloto Amador Fernandez com su globo Mongolfier El invencible II pueden acceder a la pagina del ayuntamiento de Girona buscar los videos mas antiguos del 1900-1930 i descargarse el que pone 1926 Girona documentacio, lo podran ver en el minuto 42 de la pelicula.
http://www.girona.cat/sgdap/cat/consulta_simple.php
Me queda la duda de si estos blobos eran dirigidos i si podian aterrizar cuando ellos quisieran.

Aragón dijo...

Es impresionante. Muchas gracias por la información.
Amador Fernández aparece en el reportaje de las ferias y fiestas de San Narciso de Girona entre los días 28 de octubre y 5 de noviembre de 1928. http://www.girona.cat/sgdap/cat/consulta_reg.php
12:42:45 Elevación del globo Montgolfier "Invencible II" en la plaza de Toros, con el aeronauta Amador Fernández.