viernes, 25 de enero de 2008

El fenómeno deportivo en Aragón. Del juego tradicional al deporte moderno




Autores: José Antonio Adell Castán
Celedonio García RodríguezDiputación General de Aragón
Zaragoza, 1999. 292 pp.


En la década de los años ochenta, practicantes en plena actividad de la especialidad de fondo en Atletismo y aficionados a las carreras pedestres festivas de nuestros pueblos, los vulgarmente denominados “pollos”, comenzamos a investigar sobre estas típicas pruebas autóctonas.

Desde entonces hemos continuado con un estudio más amplio, abarcando los juegos tradicionales, los inicios del deporte en Aragón, la fiesta..., aspectos, todos ellos, inter-relacionados entre sí y con nuestra dedicación profesional en el ámbito de la docencia de la Educación Física.

Conjuntamente hemos escrito numerosos artículos sobre estos temas y hemos publicado varios libros dedicados a las fiestas y tradiciones del Alto Aragón. También, por separado, hemos mantenido la labor investigadora con la realización de la Tesis Doctoral en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (José Antonio Adell) y con la publicación de la Historia del Atletismo Aragonés (Celedonio García), por citar los trabajos más representativos.

Este libro que prologamos es el resultado de todo lo anterior, si bien tomando como sólida base de apoyo la mencionada Tesis Doctoral, que fue dirigida por Francisco Lagardera y José Antonio Salas.

El conocer aspectos y hechos concretos de los juegos tradicionales (clases de juegos, lugares donde se practicaban, jugadores...) y del deporte moderno (momento de su aparición, circunstancias, inductores, clase social de sus practicantes...) nos ha permitido llegar a interpretar, relacionar y obtener conclusiones que vamos exponiendo a lo largo del trabajo.

La etapa que abarcamos, aproximadamente entre 1880 y 1925, es un periodo clave para el deporte aragonés. En la fecha de inicio de este período todavía permanecen en los juegos las formas tradicionales propias de una sociedad rural. Es también el momento en el que empiezan a surgir las prácticas deportivas y sistemas organizativos llegados del exterior e implantados por las clases burguesas y aristocráticas.

En 1882 el célebre “Chistavín” vencía al italiano Bargossi, considerado el mejor andarín del mundo, acontecimiento, éste, de trascendencia nacional. Los diferentes artilugios velocipédicos comenzaban, asimismo en aquella época, a surcar los caminos y las paupérrimas carreteras aragonesas. Se organizaron las primeras carreras de caballos. Se constituía la Sociedad de Tiro Nacional. Se profesionalizaba el juego de pelota con la creación de nuevos frontones en las grandes poblaciones...

Durante el primer cuarto de siglo, con la aparición de las sociedades deportivas, fueron organizándose diferentes deportes, culminando, tras algunos sonoros éxitos deportivos, con la constitución de varias federaciones deportivas regionales que, a su vez, se adscribían a las respectivas federaciones nacionales.

En los últimos años han surgido algunas publicaciones que comienzan a profundizar en el elenco deportivo aragonés. A Luis Gracia Vicién, el popular “Verbi” del baloncesto oscense, se le considera con todo merecimiento el padre de los juegos tradicionales aragoneses. Mariano Larraz, Mariano Coronas, Vicente Palacios, Mª Carmen Mairal, Fernando Maestro, Alfredo Larraz y otros, han continuado la labor iniciada por Gracia Vicién.

En el deporte moderno el fútbol ha concentrado el mayor número de trabajos, publicados, entre otros, por Ángel Castellot, Antonio Molinos, Javier Lafuente, Pedro Luis Ferrer y Ángel Aznar. Estos dos últimos autores continúan con la labor investigadora y divulgativa del fútbol.

Luis Gracia nos dio a conocer la historia del baloncesto oscense; Ricardo Martí y Ernesto Bribián indagan en el atletismo; Pablo Valdés se centra en el automovilismo, y Francisco Lagardera ha publicado artículos sobre ciclismo. Conocemos, igualmente, la dedicación que Carlos Tárdez está prestando al ciclismo, cuya obra deseamos que pronto pueda ver la luz. Seguro que todavía hay otros investigadores, que se nos escapan, ocupándose de poner raíces y dar vida a las diferentes especialidades del deporte aragonés.

Esperamos, en fin, cubrir un hueco importante hasta ahora en la investigación sobre los inicios de nuestros juegos y deportes y esperamos que sigan surgiendo nuevos trabajos que profundicen sobre la rica historia de esta parcela de lo que podríamos denominar “patrimonio lúdico aragonés”.

José Antonio Adell Castán y Celedonio García Rodríguez
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Guía turística del Altoaragón




José Antonio Adell
Santiago Agón
Juan Cruz Barranco
Celedonio GarcíaEditorial Pirineo
Huesca, 2003

Guía turística con más de 50 planos, más de 500 lugares de interés, más de 1000 fotografías y un sinfín de datos que describen el variado y sugerente Altoaragón. De los desiertos a las nieves perpetuas, de los monumentos megalíticos a la arquitectura contemporánea, de las fiestas tradicionales a las nuevas ofertas de ocio, de la ciudad a la más aislada aldea... Todo ello desarrollado por un contenido ameno y actualizado, distribuido en comarcas y secuenciado para facilitar la información. Y lo que es más importante, realizado con la experiencia y el corazón por personas amantes de su tierra e ilusionados por darla a conocer, en consonancia con la hospitalidad y amabilidad de sus gentes. Contiene información turística de cada comarca, historia, gastronomía, tradiciones, arte, excursiones, sitios de interés o festividades y eventos culturales.
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martes, 22 de enero de 2008

El descanso y el cuadrado

Dibujo de Moratha publicado en el libro Juegos de la Comunidad de Daroca
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DEPORTES Y JUEGOS TRADICIONALES

Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

La misma figura que en otro artículo recogíamos con el nombre de «El avión» la podemos encontrar con un amplio repertorio de nombres. En una recopilación realizada por el C.E.P. de Calatayud (1), al «Avión» también lo denominan «El tejo», «Pepino», «El cuadrín» y «El teje».

Entre los diferentes nombres se pueden encontrar algunas pequeñas variantes; así, en «El teje», después de dar las ocho vueltas correspondientes, se coge la piedra y se coloca sobre la mano para dar otras diez vueltas a la "pata coja". Si se realiza correctamente, sin que se caiga la piedra y sin pisar ninguna raya, el jugador tira el "tejo" de espaldas para obtener una "casa". El siguiente en el turno deberá pedir permiso para poder pasar y, si la respuesta es negativa, se debe saltar el cuadro sin pisarlo; además, sólo se puede tirar la piedra tres veces.

El descanso, las calderas o los cuadros

En otra reciente publicación de Fernando Maestro (2), la citada figura toma otro nombre habitual en Aragón, el «Descanso»; también aporta otro dibujo similar, pero con diferente disposición de algunos cuadros. El desarrollo del juego es el mismo que citábamos en «El avión», aunque prescinde de los recorridos adicionales después de lanzar el "tejo" a las ocho casillas.

Con el mismo número de cuadros y la misma disposición, aunque a veces se puede alterar la colocación de algunos, en el Bajo Aragón se denomina «El marro», en Zaragoza «Descansillo» y en Ateca «Biglas».

Las "calderas" de Used (Zaragoza)
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En la comarca de Daroca, también según una reciente recopilación de juegos, todavía inédita (3), la misma figura recibe diferentes nombres: «Las calderas», «El peto», «Los cuadros» «Calderón», «El cuadrado» «El tejo», «Descanso», etcétera. Algunos modelos presentan pequeñas variantes en la disposición de los cuadros. Normalmente se recorren los ocho cuadros a la "pata coja", como ya hemos señalado, cogiendo con la mano la piedra o el "tejo" en el recorrido de vuelta y cada vez en la casilla correspondiente. En las casillas paralelas (4-5 y 7-8) se pueden apoyar los dos pies, uno en cada casilla, para descansar.


La misma figura recibe diferentes denominaciones: Los "cuadros", en Daroca; el "Tejo" en Val de San Martín, o las "calderas" en Villarreal de Huerva.
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En Cubel y en el barrio El Val de Daroca, conocido vulgarmente como "de los funcionarios", el juego se conoce con el nombre de «Avión». En El Val, después de recorrer todas las casillas, se pasa con los ojos cerrados preguntando: "¿chorizo o mortadela?" Si el jugador pisa alguna raya, los demás le responden: "¡mortadela!", pasando el turno a otro. Al terminar el "chorizo", se tira la piedra a una casilla, que queda en propiedad; luego, si otro jugador quiere pisar esa casilla debe ceder su turno. .

El "calderón se juega en Cubel (Zaragoza)
En Used se juega de la misma manera, pero antes de hacer el "pisa chorizo" se recorren otra vez los cuadros lanzando el "peto" (piedra pequeña o trozo de teja) en sentido inverso, comenzando por la casilla ocho. A continuación, en el "pisa chorizo", la pregunta que hace el jugador es: "¿chorizo o salchichón?" En las casillas 4-5 y 7-8 se pueden abrir los ojos. Finalmente, se tira dos veces el "peto" junto a la casilla número uno y sin mirar; uno por debajo de las piernas y otro por encima de la cabeza. Si caen en dos casillas diferentes, sólo puede elegir una, en la que podrá descansar, mientras que los demás jugadores no la podrán pisar. En Used también se juega con otro modelo de figura menos común.

El "peto" o los "cuadros" se juega en Báguena (Teruel)
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Otras variantes de la figura, que comparten la primera fase del juego recorriendo todas las casillas a la "pata coja", tras echar el "tejo" en cada una de ellas, y que reproducimos, son: «El peto» o «Los cuadros», en Báguena, y «Los cuadros», en Daroca y Gallocanta; «El tejo», en Val de San Martín; «Las calderas», en Villarreal de Huerva; «Tejete», en Fuendejalón, o «Calderón», en Cubel, entre otros.

El trueque y el calderón

En la provincia de Soria también encontramos figuras idénticas al «Avión» inicial o al «Descanso», pero que reciben otros nombres: «El calde» o «El limbo», en Almazán; «El trueque», en Centenero de Andaluz; «El tango», en Cobertelada; «El tejo», «Aeroplano», etcétera. .
En Almazán la piedra que se tira a las casillas recibe el nombre de "tirona". Una variante en la forma de jugar con las anteriores consiste en que todos los jugadores hacen una ronda lanzando la "tirona" a una casilla, comenzando por la primera. El que falla en una ronda, a la siguiente debe seguir lanzando a la misma casilla hasta realizar el recorrido correctamente. Se juega así sucesivamente hasta que un jugador lanza la "tirona" en todas las casillas.

Esta figura recibe muchos nombres: "avión",
"biglas", "calde", "calderón", "cuadrado",
"cuadros", "descansillo", "descanso", "limbo",
"marro", "pepino", "tango", "teje", "tejo" o "trueque".



La variante de «El limbo» estriba en que después de pasar las ocho casillas, el jugador debe tirar la piedra fuera de la figura, pero delante de las casillas 7-8; salta todas como anteriormente y, a "paticoja", desde una de las citadas casillas, tiene que coger la piedra. Desde ese punto, vuelve a tirar la piedra a la línea de salida, para recogerla desde la casilla número 1 y salir. A continuación se elige "casa" y gana el que más acumula.

La bailarina

Similar al «Avión» o a «La muñeca» de Sigüenza, citadas en el artículo anterior, es «La bailarina» recogida por Tomás Blanco (4) en El Pedroso de la Armuña (Salamanca).

Esta "bailarina" presenta pocas diferencias con «La muñeca» o «Mona» de Madrid.

Miguel Tirado (5) denomina «Trueque» al citado «Avión» de Sigüenza, pero aporta algunas variantes. Si el "tejo" se queda en una raya, los jugadores dicen: "¡chorizo!", volviendo a tirar, aunque si en esta segunda oportunidad reincide, pierde su turno. Lo mismo sucede si se pierde el equilibrio, aunque en esta ocasión exclaman: "¡morcilla!". Si el jugador pasa todos los números, lanza el "tejo", de espaldas, desde el "sombrero" (parte negra superior de la figura) y si cae en una casilla, sin tocar raya, obtiene un "líder".

En Menasalbas (Toledo) (6) también se denominan, genéricamente, "trueques" a todas las figuras de cuadros en las que se lanzan tejos. Un «Trueque» de esa localidad presenta pequeñas modificaciones con las figuras anteriores. En la forma se diferencia por las "orejas" que resaltan a ambos lados de los cuadros 2 y 3, con objeto de lanzar, a veces, la piedra o "china" a las casillas 7 y 8. El juego consta de dos fases; en la primera se recorren los cuadros a "paticoja", como hemos visto habitualmente, y en la segunda la "china" se tira desde la parte contraria, comenzando la vuelta por las casillas 7-8.

El cuadrado

El "Cuadrado" se juega en Embún (Huesca).
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Se juega en Embún (7), utilizando una figura de diez casillas con tres cuadros paralelos (7-9-8). Las variantes que encontramos se concentran en los tres cuadros paralelos. Después de las casillas 4, 5 y 6, que se saltan a la "pata coja", se apoya el pie derecho en la 8 y el izquierdo en la 7; a continuación, con ambos pies se pisa la casilla 9 (algunos cruzan los pies). De allí, también con los dos pies juntos, se pasa a la 10 y se sale del cuadro. Desde detrás de la casilla 10 se vuelve a hacer el mismo recorrido en sentido inverso hasta llegar a la casilla que contiene la piedra, se coge con la mano y se sale.

Cuando algún jugador recorre la figura tantas veces como el número de casillas, la primera casilla ya sólo la pueden pisar los que van terminando.

Tomás Blanco nos aporta otro dibujo con el que juegan en Vega de Tirados (Salamanca), que contiene las mismas características que el anterior: "Al llegar a los números cinco y nueve se apoyan ambos pies. Después se abren las piernas y se salta pisando con cada pie en cuatro y seis, u ocho y diez. Seguidamente, se da la vuelta para realizar el trayecto en sentido inverso" (8).

Todavía podemos citar otras variantes, que básicamente se diferencian en el nombre y en el número de las casillas que contienen la figura. Generalmente, el juego se simplifica al máximo; es decir, el único objetivo del juego consiste en recorrer la figura tantas veces como casillas contenga.

En Torrecilla del Rebollar (Teruel) se denomina «Teje»; se diferencia por no estar señaladas las líneas laterales que corresponderían a los cuadros y porque las casillas paralelas 4-5 y 7-8, que sirven de descanso, son del doble de tamaño que las demás (9).

En Villanueva de Gállego (10) la figura contiene seis casillas en forma de cruz y se denomina «Escarramate» (de "escarramar", acción de separar las piernas, o "escarramanchones", ponerse a horcajadas). Con la misma forma, en Sigüenza (Guadalajara) recibe el nombre de «El perol». En Zaragoza «Descanso». En Lechago «Los calderos» (11).

En Mallén (12) se conoce con el nombre de «Escarramada». En Auñón (Guadalajara) consta de cinco casillas, también en forma de cruz, y se denomina «La teja».

CITAS BIBLIOGRÁFICAS
  1. Juegos de ayer... para hoy. Centro de Profesores de Calatayud. Zaragoza, 1989, pp. 123 y 124.
  2. MAESTRO, Fernando: Del tajo a la replaceta. Juegos y divertimentos del Aragón rural. Ediciones 94, Zaragoza, 1996, pp. 60 y 61.
  3. Juegos de la Comunidad de Daroca. Centro de Estudios Darocenses, Zaragoza, 1997.
  4. BLANCO GARCÍA, Tomás: Para jugar como jugábamos. Colección de juegos y entretenimientos de la tradición popular. Centro de Cultura Tradicional, Salamanca, 1995, pp. 92 y 93.
  5. TIRADO, Miguel: Juegos para niños. Perea ediciones, Madrid, 1987, pp. 29 y 30.
  6. Información facilitada por Virginia Escobar.
  7. Información facilitada por Jéssica González y Mª Soledad Giménez.
  8. Opus citat., p. 88.
  9. Información facilitada por Carmen Beltrán.
  10. Información facilitada por Alfredo Encuentra.
  11. MARTÍN SORIANO, A. y otros: "Juegos y juguetes infantiles de Lechago", en Xiloca, nº 7, julio de 1991, Centro de Estudios del Jiloca, Calamocha, p. 258.
  12. Según José Antonio Casajús.
Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses” del Diario del Altoaragón. Domingo, 11 de mayo de 1997
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martes, 15 de enero de 2008

La aceitera

Juego de la aceitera

DEPORTES Y JUEGOS TRADICIONALES

Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

En la sociedad actual, en la que los juegos de ordenador y el fútbol se imponen en las diversiones de la infancia, todavía sorprende observar que las niñas, especialmente, son transmisoras de muchos juegos que alegraron la niñez de nuestros abuelos. Con fascinación y envidia las hemos contemplado coordinando movimientos de manos al unísono con variados cánticos, algunos absurdos y con tonos surrealistas; ágiles saltos con gomas y combas, y melódicas canciones de corro y pasillo.

Una gran diversidad de juegos comparte la musicalidad de sus cantos con el ejercicio físico. Todos ellos se han considerado propios de la infancia, quizá debido a un sistema educativo o social que inhibe las formas expresivas de los jóvenes. Los juegos han evolucionado de formas muy sorprendentes; algunos que en épocas pasadas fueron practicados por reyes y por adultos, posteriormente han pasado a considerarse de niños.

Los juegos con cánticos suelen ser muy populares y de amplia difusión. Un ejemplo podría considerarse el que nos ocupa: "La aceitera"; su divulgación es la causa de que un mismo juego se practique de formas dispares en cada lugar. Lejos de desvirtuar al juego, las variantes lo enriquecen, y le aportan ese carácter autóctono que inicialmente carece, aunque el manido término se maneje con tanta ligereza.

Juego de intuición

En una recopilación de juegos de Fernando Maestro, define el de "La aceitera" como un "juego que desarrolla la percepción auditiva y la intuición" (1).

Según la descripción del juego de Maestro, el que "la paga" se agacha apoyando la cabeza sobre las rodillas de la "madre", que permanece sentada en una silla. El resto de jugadores, desde una línea, cantan los siguientes versos:

"A la aceitera
a la vinajera
a pegar sin reír,
a pegar sin hablar,
a dar cuatro pellizquicos
y a echar a volar".

Concluido el cántico, un jugador cualquiera se acerca al que "la paga" y le da un pellizco en el culo, una palmada o una patada, volviendo rápidamente a la línea. A continuación, la "madre" deja libre al jugador que "la paga" diciendo:

"Que va, que va
la madre a buscar.
Si no me encuentras
algún hijico,
orejoncicos llevarás".

El que "la paga" se acerca a los jugadores e intenta adivinar quién le ha pegado. Si acierta, se cambian los papeles.

Velocidad de reacción

En el Campo de Romanos, subcomarca de la Comunidad de Daroca (2), y en otros lugares de esta comarca, se canta "La aceitera" con algunas variantes. El juego, básicamente, es el mismo, pero predominando la acción física sobre la capacidad intuitiva. Una "madre" o juez vigila para que se apliquen correctamente las reglas. El que "la paga", elegido por sorteo, se agacha y los demás le pegan y pellizcan cantando:

"A la aceitera,
la vinajera;
el perro mandús
se cagó en el almú.
Pegar sin reír (pegan y no se ríen).
Pegar sin hablar (pegan y no hablan).
Un pellizco en el culo (pellizcan en el trasero)
y marchar al conejar (se esconden).
¡Que va el gavilán!
¡Que va el gavilán!
Si no me trae caza
lo pienso pelar.
¡que va!, ¡que va!,
¡que va!, ¡ya!"

Al mismo tiempo que cantan, deben proceder siguiendo las indicaciones de los versos: "pegar sin reír", "pegar sin hablar", "un pellizco en el culo", "y marchar al conejar" (no reír, no hablar, pellizcar y esconderse, respectivamente).

Al final, salen todos corriendo y al que "pilla" (coge) el que "la paga", ocupa su lugar. También "la paga" el que se ríe, habla y no pellizca o pega, cuando se pronuncian los versos correspondientes de la canción.

Aceitera vinagrera

José Fraguas recopiló el siglo pasado diversos juegos con las mismas características, entre ellos el de "Aceitera, vinagrera", procediéndose del mismo modo que en el anterior, mientras cantan y después:

"Aceitera,
Vinagrera,
Ras con ras,
Amagar y no dar.
Dar sin duelo,
Que se ha muerto mi abuelo.
Dar sin reír,
Que se ha muerto el tío Gil.
Dar sin hablar,
Que se ha muerto el tío Blas.
Tirar un pellizquito en el c...
Y echar a volar" (3).

Luís Gracia Vicién también recogió varios juegos similares, uno de ellos, "Aseitera binagrera", que juegan los niños de Cretas (Teruel), es prácticamente idéntico a los anteriores. Este juego de "pegar y escapar", Gracia Vicién (4) lo describía así:

"El que hace de «madre» tiene al niño que «posa», arrodillado a sus pies con la cabeza entre sus rodillas, mientras los otros «sagals» cantan:

«Aseitera, binagrera,
tres corrals, binagrals,
pegar sin reír,
pegar sin hablar,
pegar tres pesiguitos al culo
y después apreta a marchar».

Mientras recitaban esta formulilla el niño que «reía o hablaba mientras pegaba palmaditas» pasaba a ocupar el puesto del que «posaba», y antes de escapar para esconderse, los niños daban al que estaba «parándola» tres pellizcos en el culo".

Gracia Vicién recopiló otras variantes del Alto Aragón, con diferente denominación del juego: "Al mango la jada". Similares cánticos al que reproducimos de la capital, se entonaban en la Ribagorza, Monzón, Alquézar, Santa Engracia, Embún, Javierregay, Puente la Reina...

"Al mango la jada,
que viene cansada de trabajar,
pegar sin reír,
pegar sin hablar.
Conejitos a escapar,
que la liebre va a correr,
que si va, que si no va,
algún tonto cazará".

También daba a conocer el juego que llaman "A la palma tú" en el Valle de Gistaín, según la información facilitada por Lucía Dueso Lascorz. Lo cantaban así:

"A la palma tú
se cagó en l’almud
tres arrobas y más
amanar y no pegar (se daban palmitas muy suaves).
Una palmeta chino, chano,
otra sin reír,
otra sin hablar (el que se ríe o habla, la para).
Un pellizquito en el culo
y escapar o volar".

La pizorra

En la provincia de Guadalajara existen varios juegos de "pegar y correr", con algunas diferencias. Relacionados con el que nos ocupa son: "La pizorra" o "El gavilán".

A "La pizorra" se juega en Sigüenza (5), y cantan:

"A la pizorra,
a la modorra,
la cáscara la bruja,
la llevan a enterrar
en un orinal
que huele mal.
Ha si reír (el que ríe, "la queda"),
ha sin hablar (el que habla "la queda"),
pegar un pellizco en el culo
y echar a volar".

A continuación la "madre" o el "jefe" ordena una cosa y tienen que ir a hacerla; cuando vuelven tienen que tocar a la "madre" sin que les toque el que "la queda".

Según una variante, que se juega igualmente en Sigüenza, al final del cántico todos echan a correr, como veíamos en "La aceitera":

"A la pizorra,
a la modorra,
coscorral, amagar y no dar,
dar sin reír,
que se murió la burra de mi tío Crispín,
dar sin hablar,
que se murió la burra de mi tío Baltasar;
un azotito en el culo
y echar a volar".

"El gavilán" se juega con una modificación con respecto al anterior. La "madre" indica una prueba a los jugadores (ejemplo, traer una piedra plana) y cuando terminan de cantar todos corren para cumplir el mandato, pero el que "la liga" trata de impedirlo y al que coge ocupa su lugar en el siguiente "reo". En Auñón (Guadalajara) cantan:

"¡Que va!, ¡que va!,
¡que va el gavilán!,
con perros y gatos,
a cazar maragatos,
uno, dos, tres, cuatro,
cinco, seis, siete, ocho,
nueve y diez; ¡va!

En Sigüenza juegan a "El gavilán" del mismo modo, pero en la canción se mezclan versos de diferentes juegos, "La bruja Piruja" y "La pizorra":

"A la bruja Piruja
la van a enterrar
en un orinal
que huele mal.
¡Ah!, sin reír.
¡Ah!, sin hablar.
Un pellizquito en el culo
y echar a volar".

CITAS BIBLIOGRÁFICAS
  1. Fernando MAESTRO: Del tajo a la replaceta. Juegos y divertimentos del Aragón rural. Ediciones 94. Zaragoza, 1996, p.46.
  2. Antonio RONCO LARIO cita este juego en su libro: Campo de Romanos. Subcomarca con identidad propia. Ayuntamiento de Mainar (Zaragoza). 1990, p. 231, recopilado por Tomás NAVARRO CALZA. También se recoge en la recopilación, actualmente en imprenta: Juegos de la Comunidad de Daroca.
  3. José E.G. Fraguas: Tratado racional de Gimnástica. Ejercicios y juegos corporales. Tomo III, Madrid, 1894, p. 476.
  4. Luís GRACIA VICIÉN: Juegos Aragoneses. Historia y tradiciones. Mira Editores-D.G.A., Zaragoza, 1991, pp. 75 y 76.
  5. Juegos de nuestra tierra. C.P.R. de Sigüenza (Guadalajara), 1995, pp. 42 y 43. Recopilación de juegos dirigida por C. García.
Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses” del Diario del Altoaragón, Domingo, 18 de mayo de 1997
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domingo, 13 de enero de 2008

La Feria del Libro Aragonés de Monzón en La Coctelera "tertuliapedroprimero"

José Antonio Adell junto al editor José Luis Añaños (Editorial Pirineo)
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Ver comentario en el blog "tertuliapedroprimero":

Aragón Televisión estrena un programa sobre seres fantásticos y leyendas

Diario del Altoaragón, 12 de Enero de 2008
RECOGE HISTORIAS DE LAS TRES PROVINCIAS
Presentado e ilustrado por Chema Lera
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El periodista e ilustrador altoaragonés Chema Lera estrena esta noche, a las 21 horas, un nuevo programa en Aragón Televisión, “Aragón Misterioso”, sobre leyendas y seres fantásticos.

HUESCA.- La productora Arguilay Audiovisual ha puesto en marcha este proyecto que presenta e ilustra el mismo Lera y para el que han recogido historias de las tres provincias, incluyendo recreaciones de algunos episodios legendarios realizadas por figurantes pertenecientes a distintas asociaciones aragonesas.

“Aragón Misterioso” consta de trece capítulos de media hora de duración, que se emitirán todos los sábados a la misma hora. Para ellos se han elaborado más de treinta historias y leyendas aragonesas, cada una asociada a localidades y parajes aragoneses concretos. Dado que la riqueza legendaria de Aragón es inmensa, existe la posibilidad de ampliar con nuevos programas. En cada capítulo, se mezclan imágenes de los lugares donde tuvo lugar la leyenda, ilustraciones sobre la misma (algunas de ellas realizadas por Lera sobre la marcha, mientras se graba la presentación) y las recreaciones de los figurantes. En total, han actuado unas 400 personas, todas voluntarias de asociaciones como la Morisma de Aínsa o las Bodas de Isabel de Segura.

Entre las leyendas oscenses que aparecen en el programa se han seleccionado no sólo las más conocidas, sino algunas menos difundidas y han tratado de aportar diferentes versiones, si las hay y, sobre todo, se plantea hasta dónde fue leyenda y qué hubo de cierto en esas historias. Hay relatos localizados en torno a Aínsa y la cruz del Sobrarbe, el Castillo de Loarre o la Brecha de Roldán, por ejemplo, pero también leyendas sobre seres fantásticos como gigantes, moras o duendes.

Historias en las que han tratado de contrastar los contenidos con entrevistas a expertos y estudiosos aragoneses relevantes, entre los que se encuentran, Ángel Gari, quien apoyó desde el principio el programa, José Antonio Adell, Celedonio García, Agustín Ubieto o Severino Pallaruelo. Del guión se encarga el periodista Alberto Librado y, como realizadores, José Antonio Martín y Alberto Gómez.
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Adell y García en Aragón Radio (12/01/2008)

Adell y García invitados de Toni Ruiz en el programa “Es sábado, es Aragón” de la Radio Autonómica
Toni Ruiz
José Antonio Adell y Celedonio García es una de las parejas literarias que más ha escrito sobre Aragón. Ellos nos hablarán de su último libro “El país de Adell y García. Un viaje insólito por Aragón”, conversación a la que se sumará José Antonio Santos, otro profesor del Sobrarbe que ha publicado “Cachicos”, en el que cuenta las andanzas de una niña que se va con va con su familia a vivir a una aldea de montaña.

“Es sábado, es Aragón” se emite el sábado de 9:00 a 14:00 horas.

sábado, 12 de enero de 2008

El país de Adell y García. Un viaje insólito por Aragón

Todos los rincones aragoneses fuera de las grandes rutas

28 11 2007
J. A. Adell y Celedonio García o viceversa, tanto monta, son unos viajeros incansables. Han recorrido los 731 municipios de Aragón siempre con curiosidad, con la mirada abierta y descubriendo encantos que otros a veces no han llegado a ver. Se han relacionado con la gente de todos los lugares para conocer su historia, pero no esa gran historia escrita con mayúsculas, que cuenta la historia de los reyes y los grandes hechos. Ellos han preguntado siempre por anécdotas de la gente normal, la historia en minúsculas que se escribe día a día, que se transmite de forma oral y que llega a los libros gracias a personas tan inquietas como estos hombres.

La editorial Pirineo ha publicado este libro de viajes por el Aragón más desconocido que nos deparará más de una sorpresa, el insólito país de Adell y García.

Los autores tienen un blog que puedes visitar en http://garcia-adell.blogspot.com.es/


Publicado en Club CAI Punto Joven

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jueves, 10 de enero de 2008

16 números de "Esparvero"



Fiel y puntual a la cita semestral, ha llegado a nuestras manos el Número 16 de Esparvero, la Revista informativa de la Asociación “Amigos del Batán” de Fiscal (Huesca). Son 8 años de andadura, sin ninguna duda una mayoría de edad para una revista que tiene entre sus principales objetivos el dar a conocer el patrimonio y las raíces, que es tanto como el propio ser de un pueblo. La filosofía de Esparvero se resume en una preciosa frase: “Del conocimiento de las cosas, surge el reconocimiento y aprecio por las mismas”.

Siguiendo este camino interminable, en el Número 16 encontramos artículos que nos hablan de los “instrumentos musicales de tradición popular en Aragón”; del “carnabal”, y de cómo lo preparaban “os mozos y mozas” junto a la fuente, en un sabroso texto de José María Satué Sanromán; Trinitario escribe de “los bataneros”; José Antonio Allué Bellosta, “Desde Ligüerre de Ara”, de “La salida de la casa paterna”; otros textos, que igualmente reflejan sentimiento y recuerdos, nos hablan de las “montañas”, del Pirineo, de “una frontera que no lo fue”; del verano, o lo que es lo mismo, del regreso, del volver, o del lugar de encuentro, que era la “cadiera; de la ermita de San Úrbez de Albella; de algunos rituales universales de la noche de San Juan… También encontramos poesías, voces aragonesas, refranes, recetas…

Una hermosa imagen de la “Flor de la nieve”, el “leontonpodium alpinum” o Edelweis, en contraportada, encierra los comentarios de dos libros, a cuyos autores, unos amigos, Esparvero quiere homenajear. Son Memoria de un montañés, de José Satué Buisán, y El país de Adell y García. Un viaje insólito por Aragón, de José Antonio Adell y Celedonio García.

Gracias Trinitario y te haremos caso.


“Sopas bullidas alargan la vida”.

viernes, 4 de enero de 2008

Troncas, ferias, hogueras y coplillas en las Navidades más tradicionales de Aragón

Navidad ____ Heraldo de Aragón, 24 de diciembre de 2007

En la Comunidad existen una serie de ritos y costumbres más o menos ancestrales para celebrar estas fiestas.


Fotógrafo: ALFONSO REYES
La Tronca de Navidad organizada el pasado jueves por Ligallo de Fablans d´Aragonés en el colegio Torrerramona de Zaragoza

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E. R. D. Zaragoza Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió o lo que se acostumbraba a hacer en tiempos pasados. Son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita. La palabra tradición viene del latín "traditio", que viene a su vez del verbo "tradere", que significa entregar. Se podría decir que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado.

Aragón es una tierra rica en tradiciones y muchas, lamentablemente, están cayendo poco a poco en el olvido. Otras, sin embargo, se resisten a desaparecer y se cumplen, año tras año, en un intento de hacer perdurables las costumbres más arraigadas de estas fechas navideñas. José Antonio Adell y Celedonio García, buscadores y recopiladores de tradiciones aragonesas, recogen en "Fiestas y tradiciones en el Alto Aragón. El invierno" muchas de estas formas de celebración propias, que, sin grandes diferencias con otros lugares de España e incluso de Europa, presentan matices propios.

La fiesta que inicia el ciclo navideño es la Nochebuena. Ese día tenía lugar la quema de la Toza o Tronca de Navidad. En los valles pirenaicos occidentales se tomaba un gran tronco, al que antes de cortarlo se le pedía perdón. En la Nochebuena se encendía y, tras la Misa del Gallo, toda la familia se situaba alrededor y se procedía a su bendición, ceremonia que llevaba a cabo un varón; la tradición mandaba que, mientras lo hacía, recitara unas palabras con las que pedía protección para la casa y sus habitantes. "Buen tizón, buen varón, buena casa, buena brasa. Dios bendiga los bienes de esta casa y a los que en ella son".

Según Adell y García, en muchos pueblos altoaragoneses se dejaba encendida la tronca en Nochebuena para calentar al Niño Dios. En otros, sin embargo, se mantenía prendida hasta pasada la festividad de Reyes.

En la zona más oriental de Aragón, por su parte, la tronca "cagaba" regalos para los niños, alguna moneda, dulces, frutos secos u otras golosinas. Mientras golpeaban la tronca, los niños recitaban: "Tronca de Navidad caga turrons y pixa vi blanc". Precisamente, la tradición de la Tronca de Navidad es la que con más ahínco trata de recuperarse en estos tiempos de globalización. El pasado jueves, el Ligallo de Fablans d'Aragonés organizó en Zaragoza una tronca itinerante que recorrerá diversos pueblos de Aragón.

Cuentan Adell y García en su libro sobre tradiciones aragonesas que las hogueras también eran algo común en los pueblos de Aragón, aunque la mayoría se perdieron con la pavimentación de las calles. En Coscojuela de Fantova, las gentes del lugar se reúnen en Nochebuena en torno a la lumbre para comer y beber. En Monesma, la hoguera se encendía tras la Misa del Gallo y se preparaba ponche. En Campo, la hoguera que se enciende en la plaza permanece hasta Reyes.

Compraventa de ganados

En una zona eminentemente rural, cobraban especial importancia las ferias para comprar y vender ganado, y en la época navideña se celebraban algunas de las más sonadas.

Pasadas la "ferieta de Navidad" de Plan, que se celebraba el día 18, y la de "los pavos" de Huesca, que tenía lugar el 21, Sariñena contaba con una cita dedicada al ganado mular, caballar y asnal, entre los días 26 y 31 de diciembre, que, como cuentan los dos historiadores aragoneses, daba sentido al refrán "Año nuevo, vida nueva".

Precisamente, para Año Nuevo, otra de las tradiciones aragonesas más arraigadas era que los niños pasaran por las casas de los pueblos pidiendo el "cabo d'año". Y todo el mundo tenía la obligación de aportar algo para la chiquillería. En Esplús, por ejemplo, los críos cantaban siempre la misma canción. "Guilletas de cabo d'año, pan y vino todo el año y el que no nos quiera dar buena caguera le dé hasta el día de la Candelera".

Resplandor en la noche de Reyes

En Martín del Río (Teruel) aún sigue vigente la tradición de la noche de Reyes, cuando encienden detrás de un monte una gran hoguera para que haya resplandor en el cielo.

Los mayores suben hasta allí para bajar con el cortejo de los Reyes portando antorchas y bengalas, que constituyen la única iluminación, ya que las luces del pueblo están apagadas. El cortejo se dirige a la iglesia, donde les esperan la Virgen, San José y el Niño, al que le ofrecen oro, incienso y mirra; después reparten juguetes a todos los niños.

En todo Aragón, los pequeños de la casa depositaban sus regalos en el balcón, donde dejaban sus zapatos y comida para los camellos. La mañana de Reyes cierra el ciclo navideño, en el que los niños y la renovación de la vida son los principales protagonistas.