lunes, 2 de noviembre de 2009

La bruja de Velilla de Ebro

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Panorámica de Velilla de Ebro (Foto: C. García)
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Desde hace siglos, el nombre de Velilla se extendió por todas partes asociado a la famosa leyenda de la campana del milagro, que llegó flotando sobre las aguas del Ebro, se colocó en la ermita de San Nicolás Bari y sonaba sola cuando sucedían acontecimientos importantes. Allí mismo, junto al santuario se halla el importante yacimiento arqueológico de la colonia de “Celsa”, fundada en el año 44 a. C.

Ermita de San Nicolás de Bari
(Foto: C. García)

La leyenda y los restos arqueológicos revisten este lugar de misterio, realzado con poderes prodigiosos y sobrenaturales que se atribuyen a la campana. Se decía que cuando la campana tocaba por sí sola, nadie podía aproximarse a ella; un osado canónigo lo intentó y recibió una sacudida tan fuerte que durante mucho tiempo fue curado de la mano y del brazo con el que lo intentó.

Hasta hace pocos años, la nueva campana, refundida en 1841, se hacía repicar para “alejar las tormentas”. En cuanto una tormenta amenazaba, el campanero subía a cualquier hora del día o de la noche y realizaba un repique continuo. Al sonido de las campanas le pusieron letra, que repetían acompañando a las campanas hasta que desaparecía la tormenta:

Tente, nube;
tente, no caigas.
Tente, nube;
tente, no caigas…

En Velilla también reposan los restos de Miguel Juan Pellicer, más conocido con el sobrenombre de “el Cojo de Calanda”, protagonista de otra famosa leyenda, la del “Milagro de Calanda”.
La lucha entre el “mal” y el “bien”, representados en las figuras del “diablo” y el “ángel” del dance, nos introduce de nuevo en un contexto enigmático sustentado en arraigadas tradiciones.

Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción (Foto: C. García)
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Todo ello, especialmente las facultades propagadas por la campana, favoreció la manifestación de supersticiones y creencias entre la gente; incluso alguna persona pudo recibir el beneficio de tan asombrosos poderes. Es el caso de la historia que relatamos a continuación, con un funesto desenlace, y que ya recogimos en nuestros libros: Brujas, demonios, encantarias, gigantes y seres mágicos de Aragón y Leyendas misteriosas de Aragón.
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Velilla de Ebro, 1936

“A mediados de abril de 1892 un trágico suceso alteró la calma de las gentes de esta sosegada población, asentada a la orilla del Ebro.

Habitaba en Velilla una mujer de 50 años, casada con Victorián Casahorrán Guallarte, con fama de “bruja” y “adivina”, a la que la gente le atribuía poderes sobrenaturales. Según creencia generaliza, era capaz de provocar y curar enfermedades a su antojo, y hasta se permitía el lujo de conversar con seres que habían fallecido hacía más de un siglo.

Mujeres de Velilla de Ebro, 1936
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Estas convicciones propias de la ignorancia y superstición, tan acentuada en aquella época, sirvieron de aderezo para desencadenar la tragedia. Un joven de 19 años, llamado Manuel Tello Puyoles, alistado aquel mismo año para cumplir el servicio de armas, supuso que la enfermedad que padecía su padre desde hacía tiempo, reteniéndole en la cama, se debía a un hechizo de esta mujer.

Tello se dirigió a la casa de la bruja para que quitase a su padre la enfermedad. Ella se negó y el muchacho, enfurecido, echó mano a un arma de fuego que llevaba consigo y disparó un tiro dejándola herida.

Velilla de Ebro (Foto: C. García)
.El joven, cada vez más obcecado en su idea, volvió a disparar, pero esta vez al marido. Después, salió corriendo en persecución de la hechicera, que había logrado huir arrojándose por una ventana. Tello no tardó en darle alcance en una calle próxima a la casa de la bruja y, completamente obcecado, sacó un puñal y le asestó dos puñaladas, de cuyas heridas fallecía poco después.

El hecho causó consternación en el pueblo y revelaba hasta qué punto la ignorancia e incultura podía ser móvil de horrendos crímenes.

El marido de la “bruja” quedó herido levemente en la mano derecha por el disparo del arma de fuego. Tello fue juzgado y condenado.

Bibliografía:
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy vecina de velilla y algunas cosas las desconocia...gracias cele...

Un saludo y un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

SOY NIETA DE VELILLA, YO TAMBIEN COMO MIRIAM VECINA DE VELILLA, DESCONOCIA ALGUNAS COSAS PERO ESTA HISTORIA QUE ACABO DE LEER NO LA HABIA OIDO Y ME HA GUSTADO. COMO ME GUSTA EL PUEBLO DE MIS ABUELOS GUARDA UN ENCANTO ESPECIAL Y PODEIS CREEROS QUE LO TIENE.
UN SALUDO PARA TODOS. E.C.G