viernes, 25 de enero de 2008

El fenómeno deportivo en Aragón. Del juego tradicional al deporte moderno




Autores: José Antonio Adell Castán
Celedonio García RodríguezDiputación General de Aragón
Zaragoza, 1999. 292 pp.


En la década de los años ochenta, practicantes en plena actividad de la especialidad de fondo en Atletismo y aficionados a las carreras pedestres festivas de nuestros pueblos, los vulgarmente denominados “pollos”, comenzamos a investigar sobre estas típicas pruebas autóctonas.

Desde entonces hemos continuado con un estudio más amplio, abarcando los juegos tradicionales, los inicios del deporte en Aragón, la fiesta..., aspectos, todos ellos, inter-relacionados entre sí y con nuestra dedicación profesional en el ámbito de la docencia de la Educación Física.

Conjuntamente hemos escrito numerosos artículos sobre estos temas y hemos publicado varios libros dedicados a las fiestas y tradiciones del Alto Aragón. También, por separado, hemos mantenido la labor investigadora con la realización de la Tesis Doctoral en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (José Antonio Adell) y con la publicación de la Historia del Atletismo Aragonés (Celedonio García), por citar los trabajos más representativos.

Este libro que prologamos es el resultado de todo lo anterior, si bien tomando como sólida base de apoyo la mencionada Tesis Doctoral, que fue dirigida por Francisco Lagardera y José Antonio Salas.

El conocer aspectos y hechos concretos de los juegos tradicionales (clases de juegos, lugares donde se practicaban, jugadores...) y del deporte moderno (momento de su aparición, circunstancias, inductores, clase social de sus practicantes...) nos ha permitido llegar a interpretar, relacionar y obtener conclusiones que vamos exponiendo a lo largo del trabajo.

La etapa que abarcamos, aproximadamente entre 1880 y 1925, es un periodo clave para el deporte aragonés. En la fecha de inicio de este período todavía permanecen en los juegos las formas tradicionales propias de una sociedad rural. Es también el momento en el que empiezan a surgir las prácticas deportivas y sistemas organizativos llegados del exterior e implantados por las clases burguesas y aristocráticas.

En 1882 el célebre “Chistavín” vencía al italiano Bargossi, considerado el mejor andarín del mundo, acontecimiento, éste, de trascendencia nacional. Los diferentes artilugios velocipédicos comenzaban, asimismo en aquella época, a surcar los caminos y las paupérrimas carreteras aragonesas. Se organizaron las primeras carreras de caballos. Se constituía la Sociedad de Tiro Nacional. Se profesionalizaba el juego de pelota con la creación de nuevos frontones en las grandes poblaciones...

Durante el primer cuarto de siglo, con la aparición de las sociedades deportivas, fueron organizándose diferentes deportes, culminando, tras algunos sonoros éxitos deportivos, con la constitución de varias federaciones deportivas regionales que, a su vez, se adscribían a las respectivas federaciones nacionales.

En los últimos años han surgido algunas publicaciones que comienzan a profundizar en el elenco deportivo aragonés. A Luis Gracia Vicién, el popular “Verbi” del baloncesto oscense, se le considera con todo merecimiento el padre de los juegos tradicionales aragoneses. Mariano Larraz, Mariano Coronas, Vicente Palacios, Mª Carmen Mairal, Fernando Maestro, Alfredo Larraz y otros, han continuado la labor iniciada por Gracia Vicién.

En el deporte moderno el fútbol ha concentrado el mayor número de trabajos, publicados, entre otros, por Ángel Castellot, Antonio Molinos, Javier Lafuente, Pedro Luis Ferrer y Ángel Aznar. Estos dos últimos autores continúan con la labor investigadora y divulgativa del fútbol.

Luis Gracia nos dio a conocer la historia del baloncesto oscense; Ricardo Martí y Ernesto Bribián indagan en el atletismo; Pablo Valdés se centra en el automovilismo, y Francisco Lagardera ha publicado artículos sobre ciclismo. Conocemos, igualmente, la dedicación que Carlos Tárdez está prestando al ciclismo, cuya obra deseamos que pronto pueda ver la luz. Seguro que todavía hay otros investigadores, que se nos escapan, ocupándose de poner raíces y dar vida a las diferentes especialidades del deporte aragonés.

Esperamos, en fin, cubrir un hueco importante hasta ahora en la investigación sobre los inicios de nuestros juegos y deportes y esperamos que sigan surgiendo nuevos trabajos que profundicen sobre la rica historia de esta parcela de lo que podríamos denominar “patrimonio lúdico aragonés”.

José Antonio Adell Castán y Celedonio García Rodríguez
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