martes, 15 de enero de 2008

La aceitera

Juego de la aceitera

DEPORTES Y JUEGOS TRADICIONALES

Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

En la sociedad actual, en la que los juegos de ordenador y el fútbol se imponen en las diversiones de la infancia, todavía sorprende observar que las niñas, especialmente, son transmisoras de muchos juegos que alegraron la niñez de nuestros abuelos. Con fascinación y envidia las hemos contemplado coordinando movimientos de manos al unísono con variados cánticos, algunos absurdos y con tonos surrealistas; ágiles saltos con gomas y combas, y melódicas canciones de corro y pasillo.

Una gran diversidad de juegos comparte la musicalidad de sus cantos con el ejercicio físico. Todos ellos se han considerado propios de la infancia, quizá debido a un sistema educativo o social que inhibe las formas expresivas de los jóvenes. Los juegos han evolucionado de formas muy sorprendentes; algunos que en épocas pasadas fueron practicados por reyes y por adultos, posteriormente han pasado a considerarse de niños.

Los juegos con cánticos suelen ser muy populares y de amplia difusión. Un ejemplo podría considerarse el que nos ocupa: "La aceitera"; su divulgación es la causa de que un mismo juego se practique de formas dispares en cada lugar. Lejos de desvirtuar al juego, las variantes lo enriquecen, y le aportan ese carácter autóctono que inicialmente carece, aunque el manido término se maneje con tanta ligereza.

Juego de intuición

En una recopilación de juegos de Fernando Maestro, define el de "La aceitera" como un "juego que desarrolla la percepción auditiva y la intuición" (1).

Según la descripción del juego de Maestro, el que "la paga" se agacha apoyando la cabeza sobre las rodillas de la "madre", que permanece sentada en una silla. El resto de jugadores, desde una línea, cantan los siguientes versos:

"A la aceitera
a la vinajera
a pegar sin reír,
a pegar sin hablar,
a dar cuatro pellizquicos
y a echar a volar".

Concluido el cántico, un jugador cualquiera se acerca al que "la paga" y le da un pellizco en el culo, una palmada o una patada, volviendo rápidamente a la línea. A continuación, la "madre" deja libre al jugador que "la paga" diciendo:

"Que va, que va
la madre a buscar.
Si no me encuentras
algún hijico,
orejoncicos llevarás".

El que "la paga" se acerca a los jugadores e intenta adivinar quién le ha pegado. Si acierta, se cambian los papeles.

Velocidad de reacción

En el Campo de Romanos, subcomarca de la Comunidad de Daroca (2), y en otros lugares de esta comarca, se canta "La aceitera" con algunas variantes. El juego, básicamente, es el mismo, pero predominando la acción física sobre la capacidad intuitiva. Una "madre" o juez vigila para que se apliquen correctamente las reglas. El que "la paga", elegido por sorteo, se agacha y los demás le pegan y pellizcan cantando:

"A la aceitera,
la vinajera;
el perro mandús
se cagó en el almú.
Pegar sin reír (pegan y no se ríen).
Pegar sin hablar (pegan y no hablan).
Un pellizco en el culo (pellizcan en el trasero)
y marchar al conejar (se esconden).
¡Que va el gavilán!
¡Que va el gavilán!
Si no me trae caza
lo pienso pelar.
¡que va!, ¡que va!,
¡que va!, ¡ya!"

Al mismo tiempo que cantan, deben proceder siguiendo las indicaciones de los versos: "pegar sin reír", "pegar sin hablar", "un pellizco en el culo", "y marchar al conejar" (no reír, no hablar, pellizcar y esconderse, respectivamente).

Al final, salen todos corriendo y al que "pilla" (coge) el que "la paga", ocupa su lugar. También "la paga" el que se ríe, habla y no pellizca o pega, cuando se pronuncian los versos correspondientes de la canción.

Aceitera vinagrera

José Fraguas recopiló el siglo pasado diversos juegos con las mismas características, entre ellos el de "Aceitera, vinagrera", procediéndose del mismo modo que en el anterior, mientras cantan y después:

"Aceitera,
Vinagrera,
Ras con ras,
Amagar y no dar.
Dar sin duelo,
Que se ha muerto mi abuelo.
Dar sin reír,
Que se ha muerto el tío Gil.
Dar sin hablar,
Que se ha muerto el tío Blas.
Tirar un pellizquito en el c...
Y echar a volar" (3).

Luís Gracia Vicién también recogió varios juegos similares, uno de ellos, "Aseitera binagrera", que juegan los niños de Cretas (Teruel), es prácticamente idéntico a los anteriores. Este juego de "pegar y escapar", Gracia Vicién (4) lo describía así:

"El que hace de «madre» tiene al niño que «posa», arrodillado a sus pies con la cabeza entre sus rodillas, mientras los otros «sagals» cantan:

«Aseitera, binagrera,
tres corrals, binagrals,
pegar sin reír,
pegar sin hablar,
pegar tres pesiguitos al culo
y después apreta a marchar».

Mientras recitaban esta formulilla el niño que «reía o hablaba mientras pegaba palmaditas» pasaba a ocupar el puesto del que «posaba», y antes de escapar para esconderse, los niños daban al que estaba «parándola» tres pellizcos en el culo".

Gracia Vicién recopiló otras variantes del Alto Aragón, con diferente denominación del juego: "Al mango la jada". Similares cánticos al que reproducimos de la capital, se entonaban en la Ribagorza, Monzón, Alquézar, Santa Engracia, Embún, Javierregay, Puente la Reina...

"Al mango la jada,
que viene cansada de trabajar,
pegar sin reír,
pegar sin hablar.
Conejitos a escapar,
que la liebre va a correr,
que si va, que si no va,
algún tonto cazará".

También daba a conocer el juego que llaman "A la palma tú" en el Valle de Gistaín, según la información facilitada por Lucía Dueso Lascorz. Lo cantaban así:

"A la palma tú
se cagó en l’almud
tres arrobas y más
amanar y no pegar (se daban palmitas muy suaves).
Una palmeta chino, chano,
otra sin reír,
otra sin hablar (el que se ríe o habla, la para).
Un pellizquito en el culo
y escapar o volar".

La pizorra

En la provincia de Guadalajara existen varios juegos de "pegar y correr", con algunas diferencias. Relacionados con el que nos ocupa son: "La pizorra" o "El gavilán".

A "La pizorra" se juega en Sigüenza (5), y cantan:

"A la pizorra,
a la modorra,
la cáscara la bruja,
la llevan a enterrar
en un orinal
que huele mal.
Ha si reír (el que ríe, "la queda"),
ha sin hablar (el que habla "la queda"),
pegar un pellizco en el culo
y echar a volar".

A continuación la "madre" o el "jefe" ordena una cosa y tienen que ir a hacerla; cuando vuelven tienen que tocar a la "madre" sin que les toque el que "la queda".

Según una variante, que se juega igualmente en Sigüenza, al final del cántico todos echan a correr, como veíamos en "La aceitera":

"A la pizorra,
a la modorra,
coscorral, amagar y no dar,
dar sin reír,
que se murió la burra de mi tío Crispín,
dar sin hablar,
que se murió la burra de mi tío Baltasar;
un azotito en el culo
y echar a volar".

"El gavilán" se juega con una modificación con respecto al anterior. La "madre" indica una prueba a los jugadores (ejemplo, traer una piedra plana) y cuando terminan de cantar todos corren para cumplir el mandato, pero el que "la liga" trata de impedirlo y al que coge ocupa su lugar en el siguiente "reo". En Auñón (Guadalajara) cantan:

"¡Que va!, ¡que va!,
¡que va el gavilán!,
con perros y gatos,
a cazar maragatos,
uno, dos, tres, cuatro,
cinco, seis, siete, ocho,
nueve y diez; ¡va!

En Sigüenza juegan a "El gavilán" del mismo modo, pero en la canción se mezclan versos de diferentes juegos, "La bruja Piruja" y "La pizorra":

"A la bruja Piruja
la van a enterrar
en un orinal
que huele mal.
¡Ah!, sin reír.
¡Ah!, sin hablar.
Un pellizquito en el culo
y echar a volar".

CITAS BIBLIOGRÁFICAS
  1. Fernando MAESTRO: Del tajo a la replaceta. Juegos y divertimentos del Aragón rural. Ediciones 94. Zaragoza, 1996, p.46.
  2. Antonio RONCO LARIO cita este juego en su libro: Campo de Romanos. Subcomarca con identidad propia. Ayuntamiento de Mainar (Zaragoza). 1990, p. 231, recopilado por Tomás NAVARRO CALZA. También se recoge en la recopilación, actualmente en imprenta: Juegos de la Comunidad de Daroca.
  3. José E.G. Fraguas: Tratado racional de Gimnástica. Ejercicios y juegos corporales. Tomo III, Madrid, 1894, p. 476.
  4. Luís GRACIA VICIÉN: Juegos Aragoneses. Historia y tradiciones. Mira Editores-D.G.A., Zaragoza, 1991, pp. 75 y 76.
  5. Juegos de nuestra tierra. C.P.R. de Sigüenza (Guadalajara), 1995, pp. 42 y 43. Recopilación de juegos dirigida por C. García.
Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses” del Diario del Altoaragón, Domingo, 18 de mayo de 1997
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1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Mira que casualidad...! Buscando en "San Google" cosas de Tamarite, voy y me encuentro con el blog de mi profe favorito de deporte.

Me llamo Helena Meler Puyal, y soy una antigua alumna. Te recuerdo con cariño, tus entrenamientos de atletismo eran de lo más instructivo, cuando pasábamos por algún lugar con "piedras" celtíberas, ahí estabas tú con la explicación para hacérnoslo saber...

Un abrazo.